Abstract
Seguir a Negri no es la única manera de no seguir a Laclau, y ser laclauiano no es el único modo de no ser negriano. Más importante aún, me interesa defender la idea de que es posible estar a favor de la contingencia, la precariedad y la inevitabilidad de la construcción política desde
una posición de inmanencia. La llave que abre esta posibilidad es una investigación de los límites de la concepción negriana de multitud en un doble sentido: las limitaciones del concepto en general, pero específicamente las limitaciones que se revelan en el momento en que se intenta demarcar las fronteras que separan la multitud de su Otro: la potestas, el poder constituido, la transcendencia, el Imperio.
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