Abstract
La puesta en cuestión de las concepciones leninistas de la política desarrollada desde varios frentes en los últimos años, no hizo sino abrir (o reabrir) un debate medular para el pensamiento y la praxis de afanes emancipatorios: el de las formas organizativas. Entre la incólume pervivencia de aparatos partidarios que repiten esquemas instrumentalistas y vanguardistas —sin reparar en lo que ellos han tenido que ver con la crisis histórica de las izquierdas—, y un cierto horizontalismo abstracto, el espontaneísmo ingenuo y la miniaturización de la política que han surgido como reacción, se ha tornado evidente en los últimos tiempos, en la Argentina y en el mundo, la necesidad imperiosa de proseguir los debates y el análisis de experiencias que enriquezcan la caja de herramientas desde la cual pensar los modos de la política postleninista. En los últimos tiempos, una serie de aproximaciones a esta problemática ha dado lugar a una serie de debates e intervenciones. Con todo, se trata de una temática que tiene tras de sí un archivo de reflexiones motivadas por experiencias del pasado capaces de oficiar de insumos relevantes para el pensamiento contemporáneo. El dossier preparado especialmente para la revista por el joven filósofo brasileño Pablo Ortellado —docente de la Universidad de San Pablo (USP), donde se doctoró con una tesis sobre Cornelius Castoriadis, pero además reconocido militante de redes y espacios autónomos—, autor de la introducción y de la selección de textos, husmea en una cantera no suficientemente conocida entre nosotros: la de Socialisme ou Barbarie, el grupo francés de Castoriadis y Claude Lefort surgido tras el fin de la segunda guerra mundial. En las polémicas que ellos dos tienen, pero también en las que el filósofo de origen griego sostiene con el marxista consejista holandés Anton Pannekoek, se dibujan algunos de los dilemas que aquejan a los movimientos más interesantes surgidos en los últimos tiempos, y de allí que esas intervenciones, no sólo críticas sino también propositivas, puedan acaso alimentar este debate impostergable.