Resumen
Si el siglo XIX había sido el de las promesas emancipatorias, el siglo XX fue el de las revoluciones. Estas gestas heroicas, comenzando por la Rusa de 1917, concitó la esperanza y empujó al compromiso a muchos intelectuales nacidos con el siglo a lo largo de toda América, desde el Norte hasta el Sur. Sin embargo, el siglo XX fue también el de las revoluciones que devoraban a sus propios hijos, el de los comunismos burocráticos, las grandes purgas y los campos de trabajo forzado.
Claudio Albertani, historiador italiano radicado en México y profesor del Posgrado de Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, nos muestra en el trabajo que escribió para este dossier la lucidez crítica de los exiliados europeos agrupados en México en el grupo “Socialismo y Libertad”, así como la fragilidad de un espacio político que se angostaba conforme concluía la segunda guerra, hasta desaparecer casi sin dejar rastros. El sintagma “Socialismo y Libertad” era virtualmente imposible en 1950: la ideología de la Guerra Fría exigía escoger entre uno de los dos polos: o Socialismo, o Libertad.
Por su parte, Alan Wald, profesor de Literatura Inglesa y Cultura Americana en la Universidad de Michigan, reconstruye el clima político e intelectual en el cual muchos de estos intelectuales sucumbieron ante el anticomunismo liso y llano de la derecha imperialista. Este tramo final de su trayectoria hizo que estas figuras fueran ignoradas o maltratadas en la historia oficial del comunismo e incluso en la del trotskismo. Sin embargo, durante las décadas en que se mantuvieron en posturas radicales, sus lúcidos aportes así como sus memorias desencantadas de los años de la Guerra Fría, no pueden seguir siendo desconocidos por la cultura de izquierdas en el presente. Es con este espíritu que el ensayista estadounidense Loren Goldner —el autor de Race, Class and the Crisis of the Bourgeois Ego in the Work of Herman Melville— nos propone revisitar el pensamiento y la trayectoria de Max Eastman entre las décadas de 1910 y 1930.
Cierran el dossier dos trabajos sobre sendas figuras de la política y el pensamiento de izquierdas latinoamericano de la misma generación. Hernán Topasso, Licenciado en Historia en la Universidad de Buenos Aires con una tesis sobre Tristán Marof, postula que las adscripciones ideológicas y políticas a las que se ha vinculado al boliviano —anarquismo, antiimperialismo, comunismo, trotskismo, nacionalismo— funcionaron en verdad como rótulos que no hicieron sino cristalizar momentos de una compleja parábola ideológica que no ha logrado aún ser explicada, para lo cual nos propone aquí algunas claves. Por su parte, Isabel Loureiro, profesora del Departamento de Filosofía de la Universidad Estadual Paulista, nos ofrece el perfil de uno de los pocos intelectuales de la generación del ‘900 que logró sostener públicamente posturas radicales desde una izquierda crítica independiente a lo largo de toda su vida: el activista político, ensayista y crítico de arte brasileño Mario Pedrosa.