Abstract
El diario anarco-bolchevique Bandera Roja, que apareció a comienzos de 1919 es, sin duda, una de las publicaciones proletarias más curiosas de la historia social de su tiempo, a pesar de que vieron la luz sólo 35 ejemplares. En este artículo indagamos por qué el gobierno de Yrigoyen apeló a la Ley de Defensa Social de 1910 para cerrar este matutino. ¿Cuál era la amenaza que representaba esta publicación tres meses después de los acontecimientos de la Semana Trágica y en pleno auge de la actuación de la Liga Patriótica Argentina? Aquí postulamos que la característica de Bandera Roja fue aceptar la revolución comunista sin consideraciones teóricas o éticas, pensando que no era la aurora libertaria sino la transición hacia ella. El grupo editor, liderado por Enrique García Thómas, Hermenegildo Rosales y Atilio Biondi y apoyado por algunos sindicatos revolucionarios, pretendía “hacer la Revolución como en Rusia” aunque, como anarquistas, seguían rechazando la esfera de la actuación política. Además, este grupo de “anarco-bolcheviques”, que también publica El Soldado Rojo, pretendía atraer a su causa a las bases de las Fuerzas Armadas y Policía.