Resumen
En su rol como jefe del Secretariado Latino de la Comintern, Jules Humbert-Droz señalaba en 1928 que el origen de la crisis que atravesaba el Partido Comunista de la Argentina desde el año anterior radicaba en la convivencia de dos facciones enfrentadas que redundaba en la inexistencia de un verdadero Comité Central. El conflicto entre una minoría de la dirección del partido argentino liderada por José Penelón y una mayoría encabezada por Rodolfo Ghioldi decantó en el pedido formal por parte de este último grupo para que la Comintern decidiera de qué manera se debía reestablecer la estabilidad intrapartidaria. Partiendo de esta situación problemática se plantea en este artículo que fue la misma dirección mayoritaria del PCA la que, al solicitar la intervención del Comité Ejecutivo cominterniano en los asuntos internos de la sección argentina, condujo a un alineamiento dogmático con la Internacional Comunista que hubo de marcar la trayectoria del PCA durante todo el tiempo transcurrido hasta la disolución de aquella.