Resumen
Luego del golpe de 1955, el Partido Comunista Argentino (PCA) no fue ajeno al proceso de contestación generacional e impugnación ideológica que tuvo al espacio liberal, y con éste a las izquierdas “tradicionales”, como centro de una profunda mutación de la identidad política de los intelectuales, cuya relectura del peronismo fue acompañada de un notable proceso de modernización cultural y una apertura hacia nuevos horizontes teórico-políticos donde el marxismo podía articularse con el existencialismo, el nacionalismo y, Revolución Cubana mediante, la lucha armada. En este contexto de reorganización ideológica e institucional, en el marco del cual el comunismo perdió el monopolio del saber marxista que hasta entonces detentaba y debió enfrentarse a una profunda crisis de identidad, el espacio cultural ligado al partido se diversificó, distanciándose de la hegemonía de la cultura ruso-soviética y adoptando un dinamismo que no poseía desde la década del ‘20 y que se tradujo en la proliferación de emprendimientos y revistas culturales animadas por comunistas o simpatizantes. En este periodo, la figura del ensayista Héctor P. Agosti se vuelve central, pues al menos por un puñado de años consiguió articular y canalizar en torno a su figura, las presiones revisionistas de los nuevos intelectuales comunistas, ofreciendo una reflexión sobre el lugar de los intelectuales en el partido y, en general, en los procesos de cambio social, que superaba amplia mente el tono administrativo e instrumental con que el partido solía tratar con los temas culturales.
En ese artículo, nos proponemos repasar brevemente algunos momentos fundamentales de la trayectoria de Agosti en este periodo, recortando la atención sobre algunas intervenciones significativas en torno al problema de los intelectuales y la cultura, tópico central de su programa político-intelectual.