Los archivos de lxs militantes gltb

Resumen

El movimiento gltb es un movimiento particular en Argentina: a diferencia de otros movimientos partidarios, sindicales o estudiantiles, donde sus militantes eran perseguidxs por sus ideas, sus palabras o sus propuestas, lxs militantes gltb y la comunidad gltb en general fueron perseguidxs por lo que eran.[2] Eso impone unas dinámicas particulares, condiciona las alianzas posibles, los modos de acción y, por sobre todo, afecta de un modo singular a la historia del movimiento y a la historia de la comunidad. Es una historia no contada en las narrativas oficiales o masivas. ¿Cómo podría ser de otra manera con la historia de una comunidad negada y perseguida? Hace tan sólo veinte años esa era la realidad general de la comunidad gltb, hoy sigue siendo la realidad de algunos sectores de la comunidad a pesar del cambio social que fuimos logrando. No es ya la realidad del movimiento gltb: lxs activistas gltb no son perseguidxs en tanto tales, lo cual por supuesto no nos deja a salvo de violencias, como quedó demostrado trágicamente con el asesinato de Diana Sacayán.

Hasta hace unos pocos años, la comunidad gltb estaba plagada de historias clandestinas, de closets bien cerrados, de gente excluida no sólo de la educación o el trabajo sino de los funerales de sus parejas. En esas condiciones, lxs militantes gltb que hacen archivo no son sólo recopiladores de notas de diarios, de artículos, de fotos, sino que son también portadores de la memoria de su comunidad: son lxs que guardan relatos, nombres, fechas, conservan tanto un volante político como la memoria de una práctica cultural. Son, en cierto sentido, sobrevivientes al olvido y al borramiento que procuran hacer sobrevivir la historia política del movimiento y de la comunidad a ese mismo borramiento y olvido. Carlos Jáuregui, de quien se suelen citar frases más o menos suaves, a veces decía cosas bastante beligerantes. Él decía que todas las personas gltb nacemos en territorio enemigo. Pocxs hoy repetirían eso, que podría incomodar a aliadxs héteros cuya sensibilidad siempre parece ser muy delicada cuando se trata de analizar la forma en que reproducen la opresión heterosexista. Sin embargo, da cuenta de un clima de época en la que Carlos lo dijo, los noventa, y también de la persistencia de estructuras patriarcales y heterosexistas que de una u otra forma siguen combatiéndonos. Ya no tanto a través de la eliminación física, pero sí intentando anular la potencia cuestionadora, la voz propia, la iniciativa política, la capacidad de dar sentido, la capacidad de generar conocimiento y la historia de nuestro movimiento.

 

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