Abstract
El jueves 15 de julio [de 1976] murió en Buenos Aires el filósofo Rodolfo Mondolfo, próximo ya a cubrir un
siglo de vida. Pese a su asombrosa longevidad, resulta pobre medir su historia en años, ya que su verdadera
dimensión está constituida por una obra humanista de proyección internacional. La historia, la literatura, las
ciencias sociales y la filosofía, configuraron los ejes centrales de su permanente efervescencia intelectual dentro
del marco de una preocupación global por la problemática política de esta época. Desde su Torcuato Tasso (1899)
y Memoria y asociación en la escuela cartesiana (1900) hasta su A propósito del marxismo sin dogmas (1972)
y Heráclito: Textos y problemas de interpretación (1966), la producción de Mondolfo suma más de quinientos
títulos, distribuidos en libros y artículos aparecidos en diversos países y en distintos idiomas. Catedrático de varias
universidades en la Italia anterior al fascismo y protagonista de la socialdemocracia en la Europa de preguerra,
debió exiliarse en la Argentina cuando el acuerdo entre Mussolini y Hitler desencadenó en la península la represión
política y la discriminación racial. Hasta los últimos tramos de su existencia, el autor de El pensamiento antiguo
mantuvo lucidez y, a pesar de las limitaciones físicas, siguió participando de la vida cultural. Esta es la última
entrevista que concedió, en su apartamento de la Avenida Lacroze, Buenos Aires.