Abstract
Durante años cruciales del desarrollo de la vanguardia concreta en Buenos Aires (cuyo inicio puede fijarse en la aparición de la revista Arturo en el verano de 1944), varios de sus integrantes, entre ellos Tomás Maldonado, se suman con entusiasmo al Partido Comunista Argentino (PCA), atribuyéndole a esta organización política –entre otras energías– la afirmación del “júbilo creador” que proclamaban los manifiestos concretos. Este artículo reconstruye y documenta las peripecias de ese vínculo –escasa o nulamente considerado por la historiografía del arte– que se prolongó por tres años, implicó una serie de producciones, intervenciones y debates, derivó en la expulsión de Maldonado decidida por un tribunal partidario, y tuvo como triste corolario una nota en la prensa partidaria que entre otros apelativos tilda de “desfachatados” a los artistas concretos y madí. Se repone aquí el contexto internacional en que este tránsito ocurre y se desentraña: el fin de la segunda Guerra Mundial y los comienzos de la Guerra Fría, el recrudecimiento del dogma del realismo socialista en la URSS entre 1946 y 1948, y las polémicas y purgas que ello desencadenó en otros partidos comunistas, particularmente en el italiano (PCI), que influyó directamente en las posiciones adoptadas por el propio Maldonado. Ana Longoni es coautora de los libros Del Di Tella a Tucumán Arde (Buenos Aires, El cielo por asalto, 2000) y De los poetas malditos al video-clip (Buenos Aires, Cántaro, 1998). Dirige el equipo de investigación “Artes plásticas e izquierdas en la Argentina del siglo XX”, del cual la socióloga Daniela Lucena es integrante.