Introducción
PDF
PDF Dossier completo

Palabras clave

Historia de las izquierdas
Colecciones documentales

Resumen

 

Colecciones documentales para el estudio de las izquierdas

Temporalidades

 

Historizar la conformación de los acervos documentales amplía su potencia historiográfica. Más allá de que pidamos un único libro o accedamos a un documento suelto en nuestra pantalla, su propia historia manifiesta sus temporalidades. Las etapas que se conforman entre quienes buscaron guardarlos, los conservaron, organizaron y pusieron a la consulta, y quienes lo leen y lo leerán. 

En todos los casos, los artículos recopilados a lo largo de esta sección proponen sugerentes reflexiones sobre los vínculos de inter-determinación mutua entre la disponibilidad de los documentos y la tarea histórica. Muchas veces parten de una colección particular. Otras veces de la organización de centros de documentación específicos. En conjunto, proyectan una temporalidad compartida, vinculada a la confección y resguardo de una colección, los riesgos afrontados y la puesta a disposición en series más amplias que se presentan unidas por sus productores. 

A partir de las primeras décadas del siglo XX, militantes de diversas tradiciones políticas comenzaron a ser conscientes del riesgo de pérdida de su propia producción impresa. Motivados por sus propias actividades gremiales y propagandísticas, iniciaron la creación de colecciones personales para preservar este legado. Figuras como Max Nettlau, Diego Abad de Santillán, José Ingenieros, Edgard Leuenroth, Ugo Fedeli, y José y Margarita Paniale constituyen ejemplos representativos de este esfuerzo. Sólo a partir de los años 1930 este proceso fue al menos proyectado por algunas bibliotecas militantes. Desde ese momento, las colecciones siguieron diversos destinos condicionados por los contextos políticos y sociales de cada país. 

En el caso específico de la historia de las izquierdas, este fenómeno adquiere características particulares. Así como el IISH fue creado —en un país que aparecía como neutral frente al avance del nazismo— con los fines de resguardar acervos que se encontraban en peligro en países como Alemania y Austria, los centros de documentación que se mencionan a continuación fueron fundados o reorganizados al caer las dictaduras en sus respectivos países.

En Italia, la fundación de la Biblioteca Fondazione Giangiacomo Feltrinelli e Istituto Giangiacomo Feltrinelli se fundaron formalmente en 1949 con el fin de desarrollar colecciones de historia de las izquierdas e historia económica, esto es, escasos años después de la guerra y la derrota del fascismo.

En España, hoy ubicada en Alcalá de Henares, cerca de Madrid, hay que destacar la hemeroteca, biblioteca y archivo de la Fundación Pablo Iglesias que se creó en 1977, en el inmediato posfranquismo. Tiene el fin de difundir la historia y el pensamiento socialista, en especial del Partido Socialista Español (PSOE) y la Unión General de Trabajadores (UGT), con una importante cantidad de archivos personales e institucionales. En Madrid, la documentación producida por el anarquismo español es resguardada en la Fundación Anselmo Lorenzo, que posee distintos tipos de colecciones vinculadas a la histórica central sindical a la cual pertenece, la Confederación Nacional del Trabajo (CNT), y muchas otras organizaciones. En Barcelona, la Biblioteca Pública Arús fundada por en 1895 posee un acervo documental especializado en masonería, movimiento obrero, anarquismo, socialismo y cooperativismo, que se conservó por haber permanecido cerrada durante gran parte del franquismo.

A esta lista cabría sumar las colecciones de las bibliotecas vinculadas a distintos proyectos políticos. Éste es el caso de la Biblioteca de la Friedrich-Ebert-Stiftung, fundada en 1925 en Berlín. Uno de sus objetivos fue el de recoger el archivo y la biblioteca del Partido Socialdemócrata Alemán, fundado en 1875, que, además de resguardar su propio fondo institucional, se había enriquecido durante décadas con los aportes de las bibliotecas personales de las figuras fundacionales del socialismo alemán, empezando por Marx y Engels. Si bien la biblioteca fue luego prácticamente destruida por el nacional-socialismo, fue reconstruida y actualmente funciona en Bonn.

En Francia, gracias a un importante fondo documental de la Primera Guerra Mundial, se fundó en 1917 la Bibliothèque de Documentation Internationale Contemporaine (BDIC), el espacio, además de la Bibliothèque Nationale de France (BNF), que probablemente hoy en día cuente con los fondos documentales más importantes para el estudio del movimiento obrero y los movimientos sociales desde principios del siglo XX. Más adelante, en 1966 Jean Maitron creó a partir de su propio fondo documental el Centre d’Histoire du Syndicalisme, hoy llamado, dentro de la Universidad Paris 1, Centre d’Histoire Sociale des Mondes contemporains (CHS). Con un volumen considerablemente menor, en 1977 se creó el Centre d’Etudes et de Recherches sur les Mouvements Trotskyste et Révolutionnaires Internationaux (CERMTRI): al fondo de archivo y a los documentos proporcionados por la Organisation Communiste Internationaliste (OCI) se añadieron los fondos aportados por militantes del movimiento trotskista.

Por su parte, la impresionante colección de Edgard Leuenroth comenzó a ser resguardada por la Biblioteca de la Universidad de Campinas a partir de 1973. En 1974 se constituyó como Arquivo Edgard Leuenroth (AEL), aunque recién se comenzó a organizar en la década de 1980 y en la década de 1990 alcanzó organización profesional.

Dentro de este ciclo, a los análisis ya publicados, sumamos en esta ocasión el trabajo de Lucas Maldonado sobre el legado del  periodista, crítico literario y fundador del Partido Comunista Brasileño, Astrojildo Pereira. La colección de Pereira sufrió varios avatares, entre ellos la interferencia estatal y las dificultades económicas. Esto resultó en una fragmentación de la colección que tuvo sus consecuencias historiográficas. Como el caso ya revisado de Edgard Leuenroth, fue sólo una vez concluida la última dictadura militar que instituciones públicas pudieron abrir y organizar su contenido. 

El segundo artículo aborda un caso más difuso: el de las bibliotecas anarquistas italianas. Su ciclo plantea una temporalidad levemente corrida. La conservación de sus documentos creados para la difusión, como volantes, periódicos y folletos, fueron en su mayoría de uso efímero. No fue sino hasta la década de 1960 que algunos grupos y activistas comenzaron a fundar instituciones para preservar la vasta documentación generada por el movimiento anarquista italiano. Este artículo reconstruye las historias y colecciones de los principales archivos y bibliotecas del movimiento, con el objetivo de contribuir a la protección de su patrimonio histórico.

                                                                                                               Lucas Domínguez Rubio

CeDInCI - CONICET

PDF
PDF Dossier completo

Descargas

La descarga de datos todavía no está disponible.