Resumen
El artículo analiza la figura del intelectual anarquista a partir de su participación escrita en periódicos, folletos y libros. Para esto nos remitiremos a un período de consolidación orgánica y de aumento en las conexiones transnacionales de este movimiento. Así, se plantea que el anarquismo en Chile concibió la actividad y función intelectual desde el obrerismo, es decir, desde la valoración preferente por la producción de ideas que surgían de los trabajadores mismos, reivindicando sus capacidades para el ejercicio teórico y desconfiando de quienes se consagraban únicamente a la labor reflexiva. Por lo tanto, a diferencia de lo sucedido en Argentina y España, en Chile un grupo de trabajadores de formación autodidacta, sin abandonar su oficio y quehacer sindical, se abocaron a tareas del pensamiento y la propaganda.