Resumen
Volviendo una vez más sobre el Primero de Mayo, es pecíficamente sobre aquel límite necesasrio de la jornada de trabajo, que Marx designa metafóricamente en El Capital, primer volumen, capítulo ocho, sección III, con el término Thule, el artículo aborda algunas obras literarias en las cuales, sin dificultad, se podría identificar lo que el autor denomin utopías tardías; siendo las más destacadas las posteriores al célebre folleto de Engels (1880) que consagra, y hasta incluso sacraliza, la ruptura entre socialismo y utopía. Tales obras son: La Colonia Felice, de Carlo Dossi (1874), auténtica utopía, como anuncia su subtítulo; Un comune socialista, de Giovanni Rossi (1878); Un sogno, de Andrea Costa (1882); L’an 2000, de Edward Bellamy (1888); y, sobre todo, Nouvelles de nulle part ouun ère en repos, de William Morris (1891), cuyo subtítulo se refiere a la reivindicación del tiempo libre, cuestión central del Primero de Mayo. A esas obras de carácter ficcional, el autor suma el célebre panfleto de Paul Lafargue, Le droit à la paresse.