Luciano Nicolás García, A propósito de Hugo Vezzetti, Psiquiatría, psicoanálisis y cultura comunista. Batallas ideológicas en la guerra fría
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Palabras clave

Profesionalización disciplinaria
Comunismo en Argentina
Guerra fría

Resumen

A propósito de Hugo Vezzetti, Psiquiatría, psicoanálisis y cultura comunista. Batallas ideológicas en la guerra fría, Buenos Aires, Siglo XXI Editores, 2016, 288 pp.

Este libro de Vezzetti, en cierto modo, reúne sus intereses previos: por un lado, la historia de las disciplinas “psi”, y por otro el análisis de la cultura política argentina, la izquierda en particular. Sin embargo, por el período que retoma —de 1948 a 1964—, el texto delinea una zona de indagación poco frecuentada, tanto en su producción como en la literatura disponible.

El texto se inserta dentro de la renovación de los estudios del comunismo local, ya que ofrece una mirada trasnacional, al analizar el escenario local en función de otros espacios, en particular, Londres, París, la URSS y EE.UU., y de actores como la ONU y las organizaciones internacionales comunistas. También propone una reconsideración del comunismo como un actor cultural positivo, más allá de la habitual caracterización que lo reduce una cerrada ortodoxia. El texto analiza el surgimiento, desarrollo y caída de una ortodoxia psiquiátrica comunista, que decodificó el enfrentamiento cultural entre la URSS y EE.UU. en términos de politizar el campo “psi” y rechazar ideológicamente al psicoanálisis. El recorrido se realiza en cuatro densos capítulos, entre la “obertura” y el “final”. La obertura destaca las principales líneas de trabajo: por un lado, la reconstrucción de una trama de médicos intelectuales primero ligada al positivismo, luego a los movimientos antifascistas, y más tarde al Partido Comunista Argentino (PCA); por otro, la reconsideración de la historia local del psicoanálisis, el cual no puede considerarse sólo desde la perspectiva de sus practicantes y apropiaciones, sino también a la luz de las controversias y oposiciones que generó. Finalmente, Vezzetti reconsidera los aspectos propositivos del partidismo comunista, no ya desde una mirada desde los cuestionamientos realizados en los sesenta por propios y extraños; un esfuerzo meritorio considerando que el autor antes había adoptado esa postura, dada su filiación previa con la “Nueva Izquierda”. El libro busca entonces conjugar la historia de la cultura de izquierda y la historia de las disciplinas “psi” desde la historia intelectual y los estudios de recepción.

El primer capítulo analiza el despliegue del zhdanovismo como una respuesta a la “doctrina Truman” y el modo en que esta contienda cultural definió la oposición comunista al psicoanálisis. En Francia, ésta fue orquestada desde la cúpula del partido, pero en la Argentina surgió “desde abajo”, de sus psiquiatras e intelectuales, sin la intervención de los dirigentes. Ello permite revisar el lugar común que reduce las políticas culturales comunistas a un verticalismo irresistible. La figura central aquí es Gregorio Bermann, por su ubicación como intelectual filo-soviético, por rechazar un psicoanálisis que antes había promovido y por sus propias ideas psiquiátricas. El capítulo dos introduce el escenario londinense, donde después de la Segunda Guerra Mundial se producen fuertes transformaciones en la psiquiatría angloparlante, mediante nuevas organizaciones internacionales como la Unesco. La propuesta de una psiquiatría orientada a lo social entonces propuesta fue rechazada por los sectores comunistas como una ideología burguesa sostenida en un psicoanálisis que consideraban individualista e irracional. El capítulo tres se centra en Bermann quien, en tanto compañero de ruta, abrazó el partidismo comunista, condenó al psicoanálisis y a su vez retomó el programa de una psiquiatría orientada a lo social en las páginas de Revista Latinoamericana de Psiquiatría. Junto a él, figuras como Jorge Thénon y Julio Peluffo propusieron una psiquiatría basada en las tesis de Pavlov, el nuevo héroe científico de la URSS. El cuarto capítulo muestra los problemas que generó este partidismo psiquiátrico; José Bleger, un psicoanalista afiliado al PCA, siguió a la psiquiatría comunista francesa, que luego de 1956 abandonó la impugnación al psicoanálisis, y sostuvo que las tesis de Freud pueden ser recuperadas por el materialismo dialéctico. Esto generó una controversia en varias publicaciones, que llevó a que los psiquiatras pavlovianos organizaran en 1958 una sesión partidaria que cuestionó a Bleger. La psiquiatría comunista finalmente entró en crisis la década siguiente y quedó fuera de competencia frente al psicoanálisis, aun con la intervención de los dirigentes en 1964, ya sin alternativas para revertir el ocaso tanto del partido como del pavlovismo.

Vezzetti reconstruye un proceso de politización de la psiquiatría desde el seno del comunismo, lo que revela puntos de continuidad y productividad allí donde antes sólo se había señalado rupturas de una ortodoxia estéril. Ciertamente no reivindica a los comunistas, pero es sensible a dinámicas menos obvias respecto de la generación de las ortodoxias y los vínculos entre las autoridades políticas y los intelectuales. Por su recorte, enfoque y problemas que despliega, el libro es una valiosa contribución a los campos específicos que cruza y, de modo general, a la historia intelectual.

Luciano Nicolás García
(UBA-CONICET)

 

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